Antecedentes |
La casa de Manuel Mesa Andraca donde radicó desde su infancia y la colección que comprende el ahora museo universitario José Juárez, representa toda una época en la vida cultural y social de Chilpancingo, de Chilapa, y de Guerrero. Este patrimonio que hoy se pone al servicio del pueblo de México tiene su origen a finales del siglo XIX.
El inmueble data de 1886. Este lugar fue en un principio un predio ubicado en la entonces calle del General Rea, colindando con la calle Guerrero y abarcaba de la Plaza de Armas (hoy plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac), a la plaza del Chapitel (hoy Alameda Granados Maldonado); es decir toda la calle Zapata era un solo predio que fue fraccionado y vendido tiempo después. Su propietaria original fue la Señora Rita Rueda, quien en agosto de 1883 lo vende a la Señora Gertrudis Flores. Más tarde, el 20 de julio de 1886, es comprado por el Sr. Ignacio Herrera Bravo. Posteriormente, el Señor Herrera Bravo vende la propiedad a la Sra. Margarita Arrieta de Cuevas, quien construye en 1886 la casa actual de la calle Zapata 21. Más tarde se vende la parte Oriente de la casa donde estaban las caballerizas y la propiedad se redujo a una sola superficie tal como se conoce hoy en día. Años después, esta fue vendida por la Sra. Dolores de la Cueva de Morlet, hija albacea de la Sra. Margarita Arrieta, la Sra. Inés Morales Vda. De Diez de Bonilla, quién vendió la casa el 12 de abril de 1904 al Lic. Nicolás Mesa Andraca (1858-1936), padre de Manuel Mesa, quien era originario de Cholula, Puebla.
Tiempo después, la familia decide que la casa se pusiera a nombre de Aurora Mesa Andraca, quién decide que la casa se pusiera a nombre de Aurora Mesa Andraca, quién décadas más tarde, en sus últimos años de vida, hereda la casa a su sobrina Adriana Landeros Sánchez-Mesa, hija de María Luisa Sánchez Andraca.
Aurora Mesa Andraca, en un inconsciente plumazo, había cambiado su testamento sin participarle su decisión a su hermano Manuel Mesa Andraca, único miembro de la familia, por qué Magdalena Mesa Andraca había fallecido un año antes. Con esta decisión deshereda y deja desprotegido a su único hermano.
Doña Carlota Córdoba de Leyva, madre del notario Juan Pablo Leyva, enterada y molesta por la noticia, intercede con Aurora para que pusiera las escrituras a nombre de Manuel Mesa con el siguiente argumento: “cómo es posible que lo dejes en la calle, cuando él las ha mantenido y paseado por todo el mundo (a Aurora y Magdalena) y ahora que está viejo lo dejas sin casa”.
A esté argumento le respondió: “pues lo siento mucho, pero yo ya no tengo dinero para hacer una nueva escritura”… Doña Carlota, muy enojada, repuso: “pues entonces yo la pago”.
Es así como Manuel Mesa Andraca se convierte al final de su vida en propietario de la casa, la cual fue una tentación para los innumerables parientes.
Manuel Mesa, que no tuvo hijos biológicos, desde 1972 decidió nombrar a José Juárez como su heredero universal, poniendo como albacea a su sobrino Juan Sánchez Andraca. A pesar de eso, la casa seguía siendo producto de codicia y saqueos por propios y extraños.
En 1985, pocos días antes de su muerte para evitar problemas, Manuel Mesa decidió realizar una compra venta simbólica a José Juárez y de esa forma se convierte en el propietario definitivo.
En algún momento de su vida, Manuel Mesa sugirió y comento a José Juárez, el deseo y la posibilidad de que la casa se convirtiera en biblioteca. Desgraciadamente, con el paso de los años, la biblioteca personal fue reduciéndose en número. Sin embargo, el patrimonio actual de la misma comprende: más de 3500 libros. La casa posee una pequeña pero valiosa colección de pinturas de caballete, grabados y muebles.
Mi encuentro con la Universidad Autónoma de Guerrero|
Con tantas negativas presentadas que no lograron en ningún momento disminuir mi intención, ni quebrantar mi espíritu de lucha, el tiempo seguía pasando imperceptible, como girones de nubes en esos cielos pintados de azul cerúleo. Por suerte no todo en la vida son decepciones y penas, también hay momentos gloriosos, y pronto me encontré con uno de ellos.
Con tantos desagradables augurios, se me informo que a alguien se le había ocurrido expropiar la casa de Zapata 21 y que alguien mal intencionado informó al INAH, que yo estaba pensando destruir la casa. Por esta razón, esta institución registró la casa como patrimonio cultural; fue entonces cuando tuve la oportunidad de conocer a la Lic. Blanca Jiménez Padilla, delegada del Centro INAH Guerrero, ella me informó que el alcalde de Chilpancingo, el C.P. Mario Moreno Arcos, tenía interés en la casa y quería escucharme.
De inmediato me puse en contacto con él para esbozarle mi proyecto; él se interesó de inmediato. Después de nuestro encuentro positivo, súbitamente me aboqué a la clasificación del patrimonio. Para entonces, yo había invitado al rector Dr. Arturo Contreras Gómez a formar parte del patronato del Museo José Juárez; él, en su carta del 11 de junio de 2008, aceptó mi propuesta y me brindó su apoyo cubriendo los gastos de mi estancia en Chilpancingo, para que pudiera realizar la prioritaria clasificación del patrimonio.
Además, me proporcionó a varios jóvenes, que hacían su servicio social, para que me ayudaran a clasificar la biblioteca, que era lo más pesado.
En el 2011, nuevamente establecí contacto con la Universidad Autónoma de Guerrero, una inesperada mañana cálida y maravillosa, recibí la llamada telefónica de la Lic. Blanca Jiménez Padilla, a quien agradezco infinitamente en estas páginas, por honrarme con su amistad y su orientación estimulante. Ella me comento que la UAGro se interesaba en rentar mi casa para instalar en ella la Unidad Académica de Arte; yo aproveché el informe proporcionado para ponerme en contacto con el entonces rector, Dr. Ascencio Villegas Arrizón, a quien plateé mi propósito de crear un museo; el rector de inmediato con su apertura visionaria acogió el proyecto con sensible entusiasmo.
Al formalizar el proyecto, en un primer momento, se firmó un contrato de comodato, pero para darle seguimiento, era indispensable para la Universidad hacer una donación. Finalmente, con la renuncia del Dr. Ascencio Villegas Arrizón y del Dr. Alberto Salgado Rodríguez, se cristalizó mi deseo de instituir el Museo José Juárez, el cual probablemente estará abierto al público en diciembre de este año.
José Juárez, Junio de 2012.